Consejos para dormir bien en la tercera edad

En su número de marzo de 2017, el Periódico ‘EM entremayores’ publica un interesante artículo, firmado por I. Domato, sobre el sueño en las personas de avanzada edad que contiene un decálogo de claves para descansar y dormir plácidamente. Dado que un elevado porcentaje de la población mayor española tiene dificultad a la hora de conciliar el sueño, reproducimos a continuación los citados consejos, que seguro que serán de utilidad para los usuarios de nuestra web.

Levantarse y acostarse todos los días a la misma hora.

El sueño es una rutina, así que tener un horario permitirá que el organismo pueda comenzar los procesos que desencadenan el sueño con suficiente antelación.

Acondicionar el lugar de descanso.

Un ambiente tranquilo, silencioso y relajado, con poca luz y una temperatura agradable, favorece la conciliación del sueño y que este no se vea interrumpido. Igualmente, se recomienda dormir sobre un colchón cómodo y sobre una almohada adaptada a las necesidades de cada uno.

Seguir un ritual para dormir.

Es conveniente disfrutar del momento de preparación para el descanso: tomar un baño caliente, realizar técnicas de relajación, escuchar música tranquila, ponerse el pijama, etc.

Evitar sustancias excitantes a partir de media tarde.

Es decir, el alcohol, el café, el té, el tabaco, el cacao y las bebidas de cola. La cafeína estimula el cerebro e interfiere con el sueño. Por su parte, el alcohol favorece dormirse rápido por su efecto depresivo pero altera las fases del sueño y provoca la interrupción de las mismas.

Controlar lo que se come y cuándo se come.

La cena debe ser ligera y equilibrada, lo cual no significa quedarse con hambre, pues eso puede provocar que nos despertemos durante la noche. Además, se recomienda mantener un horario de cenas y comer cantidades adecuadas durante el día para no tener demasiada hambre por la noche.

Evitar el sedentarismo.

El ejercicio practicado con regularidad ayuda a relajarse. Se recomienda realizarlo horas antes e irse a dormir, pues se precisan unas cuatro horas para que el organismo se restablezca. Además, el sedentarismo provoca insomnio.

No abusar de la siesta.

Una siesta superior a 30 minutos puede afectar a la conciliación del sueño nocturno. Lo ideal es que dure 20. Esta tiene un efecto beneficioso sobre el bienestar del organismo.

Dejar de lado preocupaciones y tareas.

Manejar los pensamientos y tratar de organizar el tiempo, ocupaciones y preocupaciones durante el día nos permitirá ir a dormir tranquilos. Si se tienen muchas cosas que hacer es conveniente escribirlas en una lista.

Levantarse cuando no se es capaz de quedarse dormido.

Es aconsejable realizar alguna actividad que pueda provocar sueño –como leer o practicar una técnica de relajación- y volver a acostarse cuando se sienta somnolencia Quedarse en cama conduce al nerviosismo y a la ansiedad.

No pasar más tiempo del necesario en la cama.

Cada persona necesita unas horas para conseguir sentirse descansada y despejada. Permanecer en la cama más de ocho horas y ver la televisión en ella no favorece el sueño.