La risa como terapia complementaria para las personas mayores
Como ya anticiparon la escuela taoísta en la antigua China, hacia el s. VI a.C., o el filósofo griego Aristóteles, dos siglos más tarde, que afirmaba que siempre es buena e incluso que era un ejercicio corporal valioso para la salud, como también sostuvieron posteriormente Galeno y muchos otros médicos, la risa favorece el bienestar del ser humano y empleada adecuadamente es una herramienta eficaz que ayuda a superar dificultades físicas, psíquicas y emocionales y a paliar o mejorar dolencias corporales.
Aunque es utilizada desde hace mucho tiempo en el ámbito clínico, el concepto de Risoterapia no fue acuñado como tal hasta mediados del s. XX. Definida por el doctor Mora Ripoll en su pionero tratado ‘Medicina y terapia de la risa’, que goza de un amplio reconocimiento en todo el mundo, como “el conjunto de técnicas e intervenciones terapéuticas (aplicables a una persona o a un grupo) para conseguir experimentar risa que se traduzca en determinados beneficios de salud”, con lo cual “hablamos de una disciplina con fundamento científico, intencionalidad, organización y regularidad, cuya metodología y solidez son comparables a las de cualquier otra rama de la Medicina”, es cada vez más utilizada como técnica complementaria para tratar problemas de carácter mental como el estrés o la depresión.
Estudios recientes concluyen que la prevalencia de esta última es ciertamente importante en el colectivo de personas mayores de 65 años; en concreto afecta a entre un 10 y un 15% de las mismas, porcentaje que se duplica si consideramos únicamente la franja de edad de entre 70 y 85 años y que asciende al 35% en el caso de personas mayores institucionalizadas.
Institucionalización, depresión y talleres de risoterapia
El artículo titulado ‘Risoterapia como terapia en ancianos institucionalizados con sintomatología depresiva’, cuya autora principal es Pilar Pardos Val, enfermera en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, explica de forma clara qué aspectos biopsicosociales mejoran en aquellas personas mayores que reciben un tratamiento de este tipo: ‘la risa actúa mediante cuatro mecanismos básicos: distrae la atención, disminuye la tensión muscular, modifica la actitud ante el dolor y aumenta la producción de catecolaminas y endorfinas’.
Este trabajo, que revisa diversas publicaciones sobre la risoterapia multidisciplinar en mayores institucionalizados con síntomas depresivos, concluye que los talleres que hacen uso de esta técnica complementaria reducen el grado de depresión de sus participantes así como que incorporarla como herramienta en el ámbito sanitario serviría como instrumento para disminuir el dolor y la ansiedad y favorecer la relación terapéutica con los usuarios.
Se pueden citar otros muchos beneficios de su aplicación: ayuda a reducir la angustia y el estrés porque disminuye los niveles de cortisona; favorece la felicidad y el buen humor al aumentar, como ya hemos visto, los niveles de endorfinas, mejorando el estado de ánimo y la autoestima; alivia el insomnio; es analgésica, como ya hemos indicado; refuerza las defensas y ayuda a prevenir la aparición de tumores al incrementar la producción de anticuerpos y linfocitos; facilita la digestión gracias a la actividad abdominal que se produce cuando reímos; es útil en la hipertensión pues reduce la presión arterial al relajar el músculo liso y aumentar el calibre de los vasos sanguíneos y propicia una mejor respiración al potenciar la oxigenación.
Está claro que la risoterapia no puede sustituir en ningún caso a la medicación, y más aún en la última etapa de nuestra vida, porque es incuestionable que los grandes avances farmacológicos nos han permitido superar o cronificar enfermedades que hasta hace poco eran mortales, pero también que existen técnicas terapéuticas complementarias que pueden contribuir a lograr mejores resultados o hacer más llevaderas las diferentes afecciones. Y es aquí donde la risa y el humor tienen mucho que decir.
Fuente: Emma Vicente, ‘La risoterapia: cuando el humor es terapéutico’, Entre Mayores