Sé optimista y vive más y mejor

Aunque en 2015 el semanario médico británico The Lancet hizo público un artículo en el cual se afirmaba que la relación que vincula una actitud positiva ante la vida con la longevidad podría estar infundada, pese a anteriores investigaciones que lo sugerían, y que otros muchos autores creen que aunque fomenta la responsabilidad, la creatividad y el entusiasmo no está en absoluto demostrado que el optimismo alargue la vida, un estudio de la Universidad de Boston recientemente publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences ha vuelto a sacar el tema a la palestra al concluir que sí que existe el citado nexo entre ser optimista y vivir más años.

En la citada investigación se analizó durante un decenio una muestra de 70.000 mujeres, estudiando diversos factores, como la cantidad de tiempo que dedicaban a hacer ejercicio, si eran o no fumadoras, las bebidas alcohólicas que ingerían, la dieta que seguían y su grado de optimismo. Las conclusiones no dejan lugar a dudas: el tiempo medio de vida de las más optimistas era un 15 % superior. En el caso de hombres, el menor tamaño de la muestra se compensó con una mayor duración del estudio, que se prolongó durante tres décadas. Se tuvieron en cuenta las mismas variables que en el caso de las mujeres, y los resultados fueron parecidos; en este caso la longevidad de aquellos que manifestaban una actitud positiva ante la vida fue una media del 11% superior a la de los demás. Además quedó demostrado en ambos casos que tenían muchas más probabilidades de llegar a lo que se considera «excepcionalmente longevo», es decir vivir 85 años o más.

En opinión de Lewina Lee, autora de la investigación, «la longevidad va acompañada de la buena salud y nuestros hallazgos plantean la posibilidad de promover un envejecimiento saludable cultivando factores psicológicos como el optimismo», aunque no obstante reconoce las limitaciones del estudio al manifestar que queda un largo camino por recorrer en este sentido y mucho que estudiar al respecto, pues actualmente aún no está demasiado claro, desde un punto de vista científico, por qué se produce esta interrelación entre longevidad y alegría de vivir.

Lo que sí está sobradamente demostrado es que una larga vida se asocia con una serie de hábitos saludables: practicar ejercicio con regularidad, llevar una dieta equilibrada, olvidarse totalmente de fumar y beber alcohol en cantidades moderadas, entre otros. Pero desde Geriasistencia apostamos decididamente por recomendar el mantenimiento de una actitud positiva y afrontar los problemas con optimismo; a falta de comprobar que alarga la existencia sin duda nos ayudará a ser más felices y, en consecuencia, a vivir mejor.