Según se desprende del reciente estudio ‘Retos y preocupaciones de los cuidadores de personas que viven con alzhéimer’, realizado por Sanitas Mayores, nueve de cada diez de los mismos estiman que no disponen de la formación necesaria para desarrollar su trabajo con eficacia y plenas garantías, y, en consecuencia, ponen en duda su capacidad para cuidar a su familiar de la forma más adecuada.

Conviene destacar que el coste de una persona que padece esta enfermedad asciende a 31.000 euro/año, tal como pone de manifiesto otra investigación, en este caso a cargo de Ceafa y la Fundación Sanitas. El sueldo anual medio en España se sitúa en torno a los 24.000 euros, por lo que la mayoría de las familias de nuestro país no pueden asumir este gasto.

Por otro lado, esta fundamental, y en numerosas ocasiones agotadora, tarea provoca que las personas que la realizan no dispongan, en la mayor parte de casos, del suficiente tiempo para el autocuidado y la conciliación laboral y familiar, problema que a medio y largo plazo origina sobrecarga mental o corporal -principal preocupación de los cuidadores-, la cual, unida a la carencia de recursos económicos y a la falta de formación, puede propiciar la aparición de una frustración conocida como el síndrome del cuidador, cuya principal característica es el agotamiento tanto físico como psíquico.

Otro importante dato es que cuatro de cada diez cuidadores afirman que necesitan ayuda externa, y es aquí donde entran en juego empresas como Geriasistencia, que ofrecen toda su experiencia en el sector, poniéndola al servicio del paciente, así como personal con amplia formación en el área sociosanitaria plenamente cualificado para desempeñar con total eficacia labores de apoyo e incluso, si es necesario, tomar el control del cuidado del enfermo.